En el aula, pero sin demasiado espacio

Durante estas semanas, he sentido que mi presencia en el colegio no siempre ha ido acompañada de oportunidades reales para implicarme de forma activa. Las múltiples actividades y eventos del centro, aunque comprensibles, han reducido bastante las sesiones disponibles, y en ocasiones he tenido la sensación de no ser una prioridad.

Especialmente con la especialista de Infantil a 4º de Primaria, he notado una estructura muy rígida: todo está planeado al milímetro y cualquier cambio parece generar incomodidad. Aunque entiendo la importancia de una buena programación, creo que la enseñanza también requiere flexibilidad, adaptarse a lo que ocurre en el aula, al ritmo y necesidades del alumnado.

Hubo días en los que, incluso en su ausencia, no pude diseñar libremente la sesión porque debía seguir sus indicaciones al pie de la letra. Sentí que se desaprovechaban momentos que podían haber sido una buena oportunidad para poner en práctica lo aprendido y, sobre todo, para experimentar con propuestas diferentes sin perder el objetivo pedagógico. Otras docentes también me han compartido que han vivido lo mismo con ella.

Esta experiencia me lleva a reflexionar sobre el equilibrio entre planificación y apertura al cambio. Como futura maestra, valoro la organización, pero también creo que es en la flexibilidad donde muchas veces se dan los aprendizajes más significativos, tanto para el alumnado como para quien enseña. 

Todo esto me lleva a peguntarme...¿Dónde está el equilibrio entre seguir una planificación y dejar espacio para lo que sucede en el aula? ¿Puede una programación demasiado rígida acabar limitando el aprendizaje, tanto del alumnado como del profesorado? ¿Qué opináis vosotras? 

Comentarios

  1. Gracias por compartir lo que sientes de forma tan clara y sincera.

    Sobre lo que preguntas al final… sí, una programación demasiado rígida puede acabar limitando el aprendizaje, tanto del alumnado como del profesorado. La planificación es importante porque da estructura y sentido a lo que hacemos, pero si no deja espacio para adaptarse a lo que ocurre en el aula, puede apagar la creatividad, la motivación y hasta las oportunidades de aprendizaje que surgen en el momento.

    El equilibrio no es fácil y no siempre se consigue a la primera. Pero creo que está en planificar con intención, sabiendo hacia dónde queremos ir, y al mismo tiempo estar abiertas a lo que pasa en el aula, a lo que el grupo necesita, a lo que nosotras mismas vamos descubriendo.

    Poco a poco irás encontrando ese equilibrio que buscas, y lo harás con tu estilo, desde tu forma de ver la educación. Eso es lo más importante.

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  2. ¡Hola! Me ha encantado tu entrada porque he sentido exactamente eso en ciertos momentos de las prácticas. A veces te preparas con muchas ganas para aportar, proponer, incluso improvisar si hace falta… pero te encuentras con una estructura tan cerrada que parece que no hay espacio ni para respirar, y mucho menos para crear algo propio.

    Yo también valoro muchísimo la planificación, porque sé que da seguridad y orden al aula, ¡y más con peques! Pero es verdad que cuando todo está tan encajado y no hay margen para adaptarse a lo que ocurre en clase, se pierde algo muy valioso: la oportunidad de aprender en directo. Como dices tú, la flexibilidad también enseña, tanto al alumnado como a nosotras como futuras maestras.

    Además, como comentamos el otro día en la tutoría conjunta, creo que parte del problema viene también de más arriba. El inglés se sigue viendo como una lista de contenidos a cumplir, no como un idioma real que sirve para comunicarse. Se evalúa como una asignatura más, no como una herramienta de uso diario, y eso lo cambia todo. Si ni siquiera se plantea desde el sistema como algo útil para la vida, es normal que se prioricen contenidos mecánicos antes que experiencias reales de aprendizaje.

    Y claro, a los profes también se les exige cumplir con esos objetivos en un tiempo súper limitado… así que muchos terminan centrados solo en eso, en “dar lo que toca” y ya está. No sé, creo que hay muchas cosas mal planteadas desde arriba... sí, temas de política educativa y decisiones que no siempre tienen en cuenta lo que realmente pasa en el aula.

    Gracias por abrir este debate, porque creo que hay mucho que cuestionarse si queremos un cambio real en cómo se enseña (y se vive) el inglés en el cole ¿A vosotras también os da esa sensación de que todo esto viene de más arriba?

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