¿Evaluamos para comprender o para memorizar?
Hoy he acompañado a dos alumnas de 5º y 6º de Primaria durante la realización de sus exámenes de inglés. La alumna de 5º pertenece al programa de compensatoria, ya que su contexto familiar y socioeconómico es especialmente desfavorecido. La de 6º, en cambio, no presenta dificultades específicas, pero le cuesta el inglés.
Durante la prueba, traté de motivarlas cada vez que mostraban saber algo. Les insistí en que confiaran más en sí mismas, porque realmente se sabían parte del contenido, lo que ocurre es que no se paran a pensar. o se bloquean por no saberse una palabra. A veces, el problema no es la falta de conocimientos, sino la inseguridad que generan los fracasos anteriores. Cuando suspenden, pierden la motivación e incluso llegan a desconectarse por completo de la asignatura.
Sin embargo, algo me hizo reflexionar. La profesora les había puesto exactamente el mismo "reading" que trabajaron en clase. Bajo mi punto de vista, esto no es del todo adecuado. No se está evaluando la comprensión real del texto en inglés, sino su capacidad de memorizar algo previamente trabajado. Realmente creo que ella lo hace con buena intención para que así todos aprueben, ya que esta parte suele ser lo que les resulta más dificil, aún así ¿no deberíamos enseñarles a enfrentarse al idioma con comprensión, estrategias y confianza, en lugar de repetir lo memorizado?
Además, esto me lleva a una pregunta clave: ¿qué debe ir primero, la motivación o el esfuerzo? ¿Es más adecuado facilitarles textos ya trabajados para que aprueben y no pierdan la motivación, aunque eso limite el aprendizaje real? ¿O es preferible proponerles retos auténticos que exijan más esfuerzo, aunque eso implique el riesgo de frustración y desánimo en algunos casos?
Y, sobre todo, ¿cómo podemos despertar en el alumnado el deseo de aprender, especialmente en quienes parten desde contextos de desventaja o han interiorizado que no son capaces?
Hola Carmen, me ha gustado mucho cómo planteas el acompañamiento emocional que hiciste durante el examen, porque a veces olvidamos que, más allá del contenido, lo que más necesitan algunos alumnos es sentir que alguien cree en ellos y perder el miedo a equivocarse, viendo los fallos como una forma de aprender.
ResponderEliminarCoincido contigo en que repetir el mismo "reading" trabajado en clase puede facilitar que aprueben, pero también limita la evaluación real de la comprensión lectora. No se trata solo de memorizar, sino de aplicar estrategias, entender el contexto… algo que, como bien dices, puede marcar la diferencia en su desarrollo como aprendices del idioma. A veces me pregunto si, por querer protegerlos del fracaso, no les estamos quitando también la oportunidad de crecer.
Sobre lo que planteas de la motivación y el esfuerzo… pf, qué dilema! Yo también me he encontrado muchas veces con ese conflicto interno. ¿Dónde está el equilibrio entre cuidar su autoestima y proponerles un reto real que los saque de su zona de confort? Quizá parte de la solución esté en diseñar actividades que les plantee un reto pero accesibles, reforzando mucho más el proceso que el resultado.
Y respecto a tu última pregunta… creo que ahí está la clave de nuestra labor como docentes: despertar ese deseo de aprender. Sobre todo en alumnado que parte con desventaja, es esencial darles experiencias de éxito real (no solo “aprobados”), y que sientan que el inglés puede ser una herramienta útil, divertida y para todos, no solo para quienes sacan buenas notas.
Gracias por compartir tu experiencia. Me ha hecho pensar mucho a mí también.