Primer ciclo vs. tercer ciclo... ¿Dónde puedo enseñar de verdad?
Como ya os comenté durante las primeras semanas, he notado una gran diferencia entre la proactividad de los alumnos más pequeños (Infantil y 1º ciclo) en relación con el idioma, y la desconexión que muestran los más mayores (2º y, sobre todo, 3º ciclo). Esto me ha llevado a reflexionar sobre lo distinto que es trabajar como especialista de inglés en 1º ciclo y en 3º ciclo de primaria. Y, sinceramente, me deja con muchas dudas sobre cómo se construye realmente el aprendizaje del idioma.
En los primeros cursos, el alumnado se muestra muy abierto, curioso e incluso proactivo: se lanzan a hablar, a repetir, a participar sin miedo al error. Sin embargo, las actividades que se proponen suelen ser muy repetitivas, mecánicas y poco significativas. Muchas veces, los niños no entienden realmente lo que están diciendo, pero lo repiten porque se lo pedimos. Me pregunto: ¿estamos aprovechando de verdad esa disposición natural que tienen?
En cambio, sobre todo en 3º ciclo, aunque, como comenté, existe cierta apatía hacia el inglés y mayor resistencia a usarlo de forma espontánea, también veo que hay espacio para actividades más profundas: comprensiones, juegos comunicativos, pequeños proyectos… Aquí sí siento que puedo planificar con sentido, conectar el idioma con el mundo real y fomentar que piensen en inglés, no solo que repitan.
Al final, me debato entre dos extremos: un ciclo donde hay ganas, pero poco contenido real, y otro donde existen más posibilidades didácticas, pero menos disposición natural.
Y me pregunto: ¿Qué podríamos hacer para no limitar a los más pequeños a lo puramente mecánico? ¿Cómo podríamos reconectar a los mayores con el idioma y devolverle ese valor comunicativo?
¿Vosotras cómo lo vivís? ¿Sentís también esta dualidad entre ciclos?
¡Hola! Qué reflexión tan buena… me ha encantado porque justo es algo que también estoy observando estos días y no lo había puesto en palabras tan claras como tú. Estoy totalmente de acuerdo con esa dualidad que comentas: los más peques se lanzan, participan sin miedo, están súper motivados… pero muchas veces repiten estructuras casi sin entender, como si fuera un juego de memoria. Me he llegado a preguntar si de verdad están aprendiendo o simplemente “cumpliendo”.
ResponderEliminarY luego llegas a los mayores y es al revés: tienen más herramientas, más nivel, se podrían hacer actividades mucho más ricas… pero cuesta horrores que se impliquen o que quieran hablar en inglés sin que parezca un castigo.
Me parece clave lo que dices: ¿cómo no desaprovechar esa chispa que tienen los pequeños? ¿Y cómo devolverle esa chispa a los mayores? A mí me gustaría poder empezar desde ya con propuestas más comunicativas también en los cursos bajos, aunque sea a través de juegos muy guiados o mini tareas con sentido, no solo repetir y repetir. Y con los mayores, creo que la clave está en darles algo que tenga valor para ellos, que no vean el inglés como algo desconectado de su vida real. Pero claro… no siempre es fácil.
Gracias por compartirlo, porque me ha hecho parar a pensar en qué tipo de actividades estoy proponiendo a unos y otros. ¡Me guardo tus preguntas para seguir dándoles vueltas!