Gymkana con 5º (y una lección fuera del aula)

 ¡Hola chicas!

Hoy os quiero contar una experiencia que he vivido con mis alumnos de 5º, y que me ha removido bastante.

Como mi tutora sigue en Polonia, estos días estoy siendo "la profe" al 100 %, ¡así que no puedo observar porque estoy dando yo las clases! Y hoy ha sido un día diferente y muy chulo: hemos ido con nuestros alumnos de 5º y los del cole Alfares al colegio San José de Calasanz a participar en una gymkana conjunta. La actividad era para promover los buenos hábitos y la socialización, y lo mejor es que… ¡todo fue en inglés! Así que además de moverse, socializar y pasarlo bien, también estuvieron practicando el idioma sin casi darse cuenta. Había seis postas, seis grupos (mezclados entre los dos coles por número) y hasta deportes que no conocíamos, como el "Ultimate", que me pareció súper curioso.

Los niños se portaron genial, disfrutamos muchísimo y fue una experiencia que, sinceramente, repetiría sin pensarlo. Si alguna tenéis ocasión, comentádselo a vuestros tutores porque es una idea preciosa que combina valores, actividad física e inglés todo en uno.

Pero… no todo fue perfecto. Al volver al cole, mientras caminábamos, una compi de prácticas y yo vimos que una niña de nuestro cole venía llorando. Nos contó que algunos niños del otro colegio le habían dicho que parecía un niño… y se me cayó el alma al suelo. Esta niña no tiene maldad ninguna, es un amor, y es verdad que físicamente tiene algunos rasgos quizás más masculinos, pero eso no justifica ningún tipo de comentario cruel. Los peques tienen que aprender a medir sus palabras, porque a veces no son conscientes del daño que hacen.

Fue la primera vez que me enfrenté a una situación así. Ella no quería hablar, estaba cerrada, muy triste, y es normal. Aun así, intentamos subirle la autoestima como pudimos, pero desde un lugar real, diciéndole que cada persona es distinta, que siempre va a haber alguien que critique, que lo importante es saber quién eres y valorarte tú. Le dijimos que nosotras sí creíamos en ella, que era fabulosa tal y como es, y que ojalá pudiera verse con los mismos ojos que la vemos nosotras.

No sé si fue suficiente, pero sí sé que es algo que me hizo reflexionar muchísimo. A esta edad, un simple comentario sobre el físico puede doler muchísimo y quedarse ahí. Y aunque no sea parte directa de nuestra asignatura, creo que como futuras docentes esto nos afecta totalmente. Para que aprendan, tiene que haber un clima seguro y afectivo en el aula y fuera de ella. Sin eso, por mucho contenido que demos, no llega.

¿Vosotras qué hubierais hecho? Me encantaría saberlo, porque aún me estoy dando cuenta de lo importante que es estar preparadas también para este tipo de momentos.

Comentarios

  1. Gracias por compartir esta experiencia tan bonita y tan real. Por un lado, ¡qué pasada de actividad! Me parece una idea genial combinar ejercicio, socialización y práctica del inglés de una forma tan dinámica. Seguro que los peques se lo pasaron en grande, y tú también. Se nota el cariño y la implicación que pones en tu labor.

    Y por otro… entiendo perfectamente cómo te sentiste al ver a esa niña tan triste. Esos comentarios, aunque vengan de niños que no siempre son conscientes del daño que hacen, pueden calar muy hondo. Qué importante fue que estuvieras ahí para acompañarla, escucharla y hacerle sentir valorada.

    Lo que hiciste fue precioso, y yo creo que sí fue suficiente, porque ella se llevó un mensaje de amor propio y aceptación, que ojalá le haga eco más allá de ese mal momento.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo: estos espacios seguros y humanos son imprescindibles en educación. Más allá del contenido, lo que de verdad deja huella es cómo hacemos sentir a nuestros alumnos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Mis primeros días (sin filtros)

Entre el respeto y la iniciativa propia.

Día del libro... y una duda que me dejó pensando