¿Soy ya "su seño"?

¡Hola chicas! Hoy me apetecía reflexionar sobre algo que me está pasando últimamente y que la verdad, me tiene con el corazón contento: la relación con los niños y niñas del cole.

Al principio, no os voy a mentir, me sentía un poco “extra” en clase. Estaba ahí, participando, pero ellos me veían como alguien que venía a ayudar o a observar, no como una figura realmente vinculada a ellos. Pero con el paso de los días… ¡todo ha cambiado!

Ahora me saludan por el pasillo, me buscan cuando tienen algo que contar, me enseñan sus dibujos, me dicen que si hoy también voy a su clase… ¡y hasta me piden que les corrija o les ayude con las tareas! Eso de que te digan “¡Seño, mira!” con una sonrisa es una de las cosas más bonitas que me está dejando esta experiencia.

Me he dado cuenta de que cuando estás presente de verdad, cuando te implicas, ellos lo notan y te acogen. Y eso me ha dado muchísima confianza para seguir creciendo como futura maestra. También estoy aprendiendo a gestionar ese equilibrio entre ser cercana y, al mismo tiempo, mantener el respeto. A veces cuesta no caer en ser "demasiado colega", sobre todo cuando quieres que se sientan a gusto contigo. Pero también me he dado cuenta de que puedes poner límites desde el cariño, y funciona.

Esta parte humana del aula es la que no te explican en la uni. Es algo que se siente, que se construye día a día y que para mí es clave. Porque al final, si ellos confían en ti, todo fluye mejor, desde la participación hasta la gestión del aula.

¿A vosotras también os pasa que cada vez os sentís más “su seño”? ¿Cómo estáis llevando ese vínculo tan bonito que se va creando?

Comentarios

  1. Gracias por compartir tu reflexión, me ha parecido muy honesta y enriquecedora. Coincido contigo en que construir un vínculo con el alumnado es una de las partes más bonitas y humanas de nuestra labor, pero también creo que a veces corremos el riesgo de idealizar esa conexión. Es genial que los niños te busquen, te hablen y confíen en ti, pero también me pregunto hasta qué punto estamos preparadas para gestionar emocionalmente esa cercanía sin dejar que nos sobrepase o nos desgaste. En la universidad, como dices, no nos enseñan a manejar esa parte, y muchas veces aprendemos a base de ensayo y error. Me parece importante que hablemos no solo de lo bonito, sino también de lo difícil que puede ser marcar límites o mantener el rol profesional sin sentir culpa. Creo que es fundamental seguir reflexionando sobre este equilibrio para crecer de forma sostenible como futuras maestras.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Mis primeros días (sin filtros)

Entre el respeto y la iniciativa propia.

Día del libro... y una duda que me dejó pensando